Llego al bar un poco tarde, ya estaba medio lleno. Me acerco a la barra a pedir una cheve y justo cuando voy a tomar el único asiento libre… zas, una morra se me adelanta.
Me voltea a ver y me dice:
— “Uy, llegaste tarde por dos segundos.”
Le dije que no había VAR, pero claramente fue falta. Se rió. Me ofreció compartir el banco si no me importaba que se nos viera “medio raro”.
Nos hicimos mini compas en 15 minutos. Me contó que se escapó de una cena aburrida. Yo le dije que estaba matando el tiempo antes de ver a unos amigos.
Nos turnábamos para usar el asiento. Pedimos papitas. Terminamos haciendo una apuesta: si adivinaba mi edad, yo pagaba. Si no, pagaba ella.
Falló por uno. Ahora me debe una cheve. Dijo que me la paga “la próxima vez que coincidamos”.
No sé si lo decía en serio, pero dejo constancia pública por si acaso.