Salí a caminar por Fundidora porque el clima se prestaba. Me llevé mi cámara y me detuve a tomarle foto a un árbol que estaba lleno de luces.
En eso, un chavo se acerca desde el otro lado con su cel, y sin querer, nos estorbamos mutuamente la toma.
Nos reímos. Le dije:
— “Bueno, alguien tiene buen ojo.”
Él respondió:
— “O los dos somos básicos, pero con estilo.”
Nos movimos y seguimos tomando fotos desde distintos ángulos, como si estuviéramos en una mini competencia.
Al final, me dijo:
— “¿Y si tomamos una juntos? Para que quede constancia del empate.”
Me pareció justo. La tomamos.
Me la mandó por AirDrop y se fue.
No preguntó mi nombre. Yo tampoco.
Pero la foto quedó buena.